sábado, 2 de junio de 2012

El Clot d’Almadrà

Ruta: Mancor de la Vall; Biniarroi; Camí de la Font des Garrover; Les Cases Noves; Clot d’Almadrà.
Nivel de dificultad: Fácil
Duración: 3 horas
Recomendaciones: El tramo de Les Cases Noves al Clot d’Almadrà transcurre por terrenos privados, por lo que puede haber problemas de paso si no se pide el permiso correspondiente. El camino, en este tramo citado, ha sufrido un grave deterioro y se adentra en un refugio de caza. En cualquier caso, si se desciende hasta el Clot d’Almadrà se tendrá que haber pensado en la combinación de vehículos, o volver sobre nuestros pasos hasta Mancor.

Nos damos cita en la plaza del ayuntamiento de Mancor de la Vall, la plaça de Dalt, donde también se encuentra la iglesia parroquial (39ºN 44.972 / 002ºE 52.226). Cogemos la calle Metge Josep Mateu, con la iglesia a nuestra derecha, y enlazamos con la calle de Biniarroi que nos dejará en las afueras del pueblo.
Antes, podremos contemplar, en el número 28 de esta calle, un escudo, de la familia Descatlar, señores de Massanella desde el siglo XV hasta 1893 y también, en su día, los mayores propietarios del actual término municipal de Mancor, segregado en 1925 del término de Selva. También observamos una placa dedicada al médico Josep Mateu i Martorell, en el número 8, “por el ejemplo de amor y humanidad que demostró en el ejercicio de su profesión”. La ruta pasa por al lado del cementerio, deja a la izquierda la casa de Can Amunt y un poco después llega a una importante bifurcación.

El camino de la izquierda es el de la Font des Garrover, que continúa hacia Lloseta por el Clot d’Almadrà. Más adelante volveremos a encontrar este camino, tras visitar Biniarroi. Nuestro itinerario, en esta bifurcación, escoge ahora el camino de la derecha. En este cruce encontramos la cochera de la Font des Garrover, una sencilla construcción en la que antiguamente paraban los carros de esta possessió. Detrás de la cochera, en lo alto de la montaña, vemos el núcleo de Biniarroi, en la estribación sur del Puig de Suro.
Después del cruce pasamos de nuevo sobre el torrente y un poco más adelante nos situamos en otra importante bifurcación de caminos. En este caso optamos por el de la izquierda, dejando a la derecha el que conduce al oratorio de Santa Llucia, cuyo origen se remonta al siglo XIII. Vamos ganando altura, entre limoneros, naranjos y algarrobos, y no dejamos el asfalto ni nos desviamos hasta llegar a la barrera de Can Pau Carro. Unos metros antes de esta barrera, encontramos a la izquierda el camino viejo de Biniarroi, señalizado. Lo cogemos. Por el empinado camino viejo de Biniarroi llegamos rápidamente a una pequeña escalera de cemento que enlaza con un camino transversal que conduce a una casa situada a nuestra izquierda.
Seguimos por este camino transversal pero enseguida giramos a la izquierda –poco antes de una barrera de metal que vuelve al camino principal de Biniarroi–, y recuperamos el camino viejo. El camino asciende trazando diversas curvas y más arriba enlaza con un camino de carro transversal.
Atravesamos este camino y continuamos por el camino viejo, que presenta restos de empedrado en algunos segmentos. Continuamos subiendo, no sin dificultad, por la pendiente y por la vegetación que cubre el sendero, muy dado a que se embarre en caso de lluvia. Después de algunas curvas y salvar unos metros con muchas piedras sueltas entramos en el pequeño pueblo de Biniarroi, concretamente con Son Nadal a la derecha y Can Ros a la izquierda, ambas casas abandonadas.

Biniarroi fue una antigua alquería musulmana, una de las cuatro que forman parte del actual término de Mancor (Massanella, Mancor, Biniatzent y Biniarroi). En la repartición, Jaume I la cedió al preboste de Tarragona, Ferrer de Pallarès. En 1249 aparece documentada con el nombre de Benorioy. Históricamente, la alquería, que con el tiempo se convirtió en aldea, ha sufrido importantes movimientos de tierra.
Muchos de sus habitantes abandonaron sus casas por este motivo, pero también por el aislamiento y las dificultades de comunicación de la zona, y por el abandono de las tareas agrícolas. Sin embargo, en la última década algunos de sus edificios han sido restaurados y puede decirse que la vida ha vuelto a Biniarroi, aunque aún queden muchas ruinas.
A Biniarroi, lloc mal, jo no m’hi establiria, perquè han de mester mig dia per un dobler de sal. (Cançoner popular de Mallorca) Dejamos Biniarroi para dirigirnos al Camí de la Font des Garrover. Para ello tenemos que salir del llogaret no por el camino nuevo, sino por un sendero que sale un poco más arriba del camino viejo de Mancor, por el que hemos subido.
Entramos en el sendero por la parte posterior de Can Ros, casa que nos queda a la izquierda y cuyas ruinas ya observamos cuando entramos en la aldea. La vereda por la que continuamos nuestra ruta es estrecha y muy pronto llega a una bifurcación de senderos (39ºN 45.089 / 002ºE 51.377).
El de la derecha, muy inseguro, avanza por una ladera con desprendimientos y llega a la Font de Biniarroi, con un bloque de ladrillos muy deteriorado. Por el sendero que baja, el de la izquierda, llegamos a una pequeña explanada rodeada de espesa vegetación.
Un minuto después, nuestro camino deja a la derecha un sendero que pasa por un portillo. Seguimos hacia la izquierda y unos minutos más adelante el camino va consolidándose, con el llogaret de Biniarroi a nuestra izquierda. Tras franquear una barrera, enlazamos con el camino de la Font des Garrover, el que comunica Mancor de la Vall con el Clot d’Almadrà, el mismo que habíamos dejado antes del cruce de Santa Llucia, a la altura de la cochera. En la confluencia del camino que nos ha traído desde Biniarroi y el del Clot d’Almadrà, giramos hacia la derecha en subida.
Franqueamos la barrera por una barrera más pequeña que existe a la derecha. A los pocos metros de empezar a andar por esta pista ancha nos sale por la izquierda el camino de tierra que lleva a las casas de la Font des Garrover. Ascendemos entre campos de olivo y un poco más adelante cruzamos una nueva barrera, con portillo. Enseguida recorremos un tramo que evidencia el trabajo de una excavadora y nos situamos en el coll Paredat.

En la otra vertiente del coll Paredat se nos aparecen las casas de la Font des Garrover, rodeadas de altos árboles, protegidas por las peñas del puig de la Creu (640 m.) y en el lugar conocido como comellar de l’Infern. Unos minutos después atravesamos el torrente y dejamos otro camino, a la izquierda, que también conduce a las casas de la Font des Garrover.
Llegamos así a una barrera metálica tras la cual se levanta un cartel de la Conselleria d’Agricultura i Pesca. Después de un último tramo encementado terminamos la subida en el coll de la Barrera de las Cases Noves.

El coll está dividido por un portillo con barrera, con otra, de madera, a la izquierda. Un cartel nos recuerda que entramos en un refugio de caza. Pronto se nos aparecen a la derecha, arriba, las casas de Can Macip. Continuamos por el camino ancho en dirección a las Cases Noves. Antes de llegar a su altura, el camino pasa junto a la fuente de las Cases Noves, también conocida como font de na Bàrbara.
Está a la izquierda, frente a una casita. Al fondo, a unos cinco metros de la boca de la mina, está la salida del agua. Dejamos la font de las Cases Noves y de inmediato llegamos a una bifurcación. El camino de la derecha sigue hacia las Cases Noves, pero nosotros seguimos por el de la izquierda.
Después de una barrera de metal, dejamos el camino ancho y nos desviamos por un senderito, ligeramente a la derecha, con un cartel que indica Lloseta. La Serra de la Rateta, imponente, se levanta frente a nosotros. Nuestro sendero tiene a su derecha una rejilla, deja también a la derecha otra barrera que comunica con las Cases Noves y unos minutos después llega a otro portillo con una rústica barrera de madera en una pared que separa las Cases Noves de Can Xalet y ejerce de frontera entre los términos municipales de Mancor de la Vall y Alaró (39ºN 44.982 / 002ºE 50.238).
Pasado el portillo ya podemos contemplar el Clot d’Almadrà, rodeado de montañas y bañado por el torrente de Almadrà. Bajamos con cierta tendencia hacia la izquierda, primero entre pinos, y luego también con olivos y algarrobos, pero siempre por un sendero muy perdido.
Los portillos abiertos en los marges y los puntos y flechas de color verde nos ayudan a dar con la dirección adecuada, con el Puig de l’Alcadena, víctima de un desprendimiento reciente, y el puig de Sant Miquel delante. A medida que vamos perdiendo altura el camino va consolidándose, aunque no del todo. Ya vemos la carretera de Lloseta a Almadrà.
También el núcleo de casas de Almadrà. A la izquierda, se levantan las cases de Cas Senyor, hacia las cuales no nos dirigimos, porque iremos con tendencia a la derecha. Al final del descenso, el camino, convertido ahora en tenue vereda, gira a la a izquierda y nos lleva hasta el torrente de Almadrà, que no cruzamos, porque de repente encontramos un tramo bien empedrado.
Lo intentamos seguir, entre juncos, zarzas y cardos, hasta llegar a un puente (39ºN 45.208 / 002ºE 49.635), muy cerca del llogaret de Almadrà, que queda muy cerca, a la derecha. Por la izquierda, la carretera que pasa sobre el puente conduce a Lloseta, a unos siete kilómetros. Almadrà, cuyo nombre proviene de una antigua alquería musulmana, pone punto y final a esta excursión. Este llogaret está formado por tres heredades: Son Ordines, Can Xalet y la Casa d’Amunt, la situada más al norte.

Info de: diariodemallorca.es

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